Diseñando el hogar del futuro: La vivienda social en América Latina
Un desafío con potencial: Analizando la evolución y el panorama de la vivienda social en la región a través de datos significativos.
La vivienda social en América Latina se encuentra en una encrucijada emocionante pero desafiante. Con una población urbana en constante crecimiento y la estigmatización de las inmobiliarias tradicionales, países como Argentina, Brasil y Uruguay están viendo una emergencia en jerarquía hacia construir hogares, no solo estructuras. Según informes recientes de la UN-Habitat, se estima que para el año 2025 la necesidad de vivienda asequible en América Latina podría alcanzar la crisis, con alrededor de 100 millones de personas todavía viviendo en condiciones de hacinamiento o informalidad. Las tendencias actuales vislumbran un paradigma en el que la creatividad y la innovación se vuelven clave para recuperar la integridad de la vivienda social, desarrollos basados en comunidades autosostenibles que fomentan un sentido de pertenencia.

Explorando a fondo un reciente estudio del Instituto de Vivienda Argentina e Investigar sobre Políticas Sociales de Universalización, encontramos que el 45% de las familias en áreas metropolitanas carecen de acceso a servicios básicos. Esto plantea una necesidad no solo de espacios habitables, sino también de infraestructura y habitabilidad para brindar soluciones integrales. La colaboración entre arquitectos, gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales se ha intensificado, considerando nuevos modelos participativos donde la comunidad puede dialogar y ser parte del proceso desde el diseño. En este ambiente, la innovación en materiales y sistemas constructivos abre puertas a un futuro más sostenible y viable. Los proyectos que integran prácticas de construcción sostenible enteramente apuntan a satisfacer estándares ecológicos, y esperanza a residir en barrios rejuvenecidos. A través de estas iniciativas en el contexto del Mercosur, la vivienda social se perfila no solo como una necesidad urgente, sino como una oportunidad estratégica para repensar nuestras ciudades y quiénes forman parte de sus espacios.