El anhelo de un oasis personal en el patio trasero ha escalado posiciones en la lista de deseos de muchos hogares chilenos y de la región Mercosur. Más allá del mero capricho estival, la decisión de construir una piscina en casa se perfila cada vez más como una consideración financiera estratégica, especialmente en un panorama donde el ocio y el valor inmobiliario se entrelazan.
Optar por una piscina en casa implica una inversión considerable que va más allá del costo aparente. El rango inicial para una piscina de hormigón proyectado, popular por su durabilidad y adaptabilidad en Chile, puede oscilar entre los CLP 10.000.000 y CLP 25.000.000 para tamaños estándar (aproximadamente USD 10.500 – USD 26.000, considerando un tipo de cambio referencial de 950 CLP/USD). Las opciones de fibra de vidrio ofrecen una alternativa más económica, partiendo desde los CLP 7.000.000 (USD 7.300), pero con menores posibilidades de personalización. Estos montos cubren la estructura, revestimientos básicos y equipos de filtrado iniciales. Sin embargo, un análisis financiero completo debe considerar los costos de movimiento de tierra, permisos municipales –que en la región Mercosur pueden añadir entre un 5% y un 10% al costo total del proyecto, variando significativamente entre países como Argentina, Brasil y Uruguay–, y la instalación de sistemas de seguridad como cercos o cubiertas. Estudios recientes de la Cámara Chilena de la Construcción estiman que una piscina bien mantenida puede incrementar el valor de tasación de una propiedad hasta en un 15% en zonas urbanas de alta demanda, convirtiéndola en una valorización patrimonial a largo plazo. La aparición de tecnologías de construcción más eficientes y materiales prefabricados está abriendo nuevas vías para optimizar la inversión inicial, haciendo que el sueño de la piscina sea más accesible para un segmento más amplio de la población.
Pero la partida de la inversión no termina con la inauguración. El mantenimiento de una piscina exige un presupuesto recurrente y una gestión inteligente. Los costos operativos mensuales incluyen principalmente productos químicos (cloro, reguladores de pH, alguicidas), que pueden sumar entre CLP 30.000 y CLP 60.000 (USD 30-60) al mes, dependiendo del tamaño y uso. A esto se añade el consumo energético de la bomba de filtrado, que, funcionando de 6 a 8 horas diarias, puede implicar un gasto mensual adicional de CLP 20.000 a CLP 50.000 (USD 20-50). Es clave considerar sistemas de filtrado de bajo consumo y motores de velocidad variable, que aunque más caros inicialmente, ofrecen ahorros significativos a largo plazo. La reposición de agua, si bien menos frecuente, también suma a la cuenta, especialmente en regiones con tarifas hídricas elevadas. Para un cuidado óptimo y una prolongación de la vida útil de la inversión, se recomienda una limpieza regular del fondo y paredes, monitoreo constante de los niveles químicos y un mantenimiento preventivo anual de equipos. El descuido no solo afecta la calidad del agua y la experiencia, sino que puede derivar en reparaciones costosas que anulan cualquier ahorro inicial. En un escenario donde los recursos hídricos y energéticos son cada vez más valorados, la eficiencia en el mantenimiento no es solo una buena práctica, es una responsabilidad financiera y ambiental. Así, disfrutar de una piscina en casa es tanto un placer como una gestión patrimonial que requiere previsión y constancia.