
La planificación y ejecución de estos proyectos demanda una ingeniería multidisciplinaria rigurosa, donde la agronomía del paisaje se fusiona con la ingeniería civil y la hidráulica urbana. Proyectos actuales, como el ‘Corredor Ecológico del Río Mapocho’ en Santiago de Chile o el ‘Parque Lineal del Río Medellín’ en Colombia, ejemplifican la complejidad técnica inherente. Se prioriza la selección de especies nativas adaptadas al clima y edafología local para minimizar el consumo hídrico y maximizar la resiliencia ecológica, junto con sistemas de riego eficientes –goteo, aspersión con sensores de humedad y sistemas de captación de agua de lluvia–. Asimismo, la implementación de pavimentos permeables, como adoquines porosos y grillas de contención de césped, es crucial para la gestión de aguas pluviales y la recarga de acuíferos urbanos. El análisis de ciclos de vida de los materiales es un componente fundamental, favoreciendo soluciones con bajo impacto ambiental en su producción y alta durabilidad operacional. La infraestructura subterránea, que a menudo acompaña estos corredores (servicios públicos, drenajes, canalizaciones), exige una coordinación rigurosa entre las diferentes empresas de servicios para evitar interferencias y asegurar la funcionalidad a largo plazo de la obra pública en su conjunto.
Las proyecciones para la región al cierre de esta década apuntan a una expansión cuantitativa y, más significativamente, cualitativa de estos corredores. Se espera una mayor integración de tecnologías de monitoreo, como sensores IoT para la calidad del aire, la humedad del suelo, la salud de la vegetación y la afluencia de usuarios, lo que permitirá una gestión más eficiente y proactiva de los recursos. La integración con sistemas de transporte público y de movilidad activa (ciclovías segregadas, senderos peatonales seguros) será aún más preponderante, consolidando estos espacios como nodos intermodales y no solo como meros focos recreativos. Desde una perspectiva industrial, esto implica un crecimiento sostenido en la demanda de insumos para paisajismo (sustratos mejorados, plantas de vivero con certificaciones de origen), sistemas de riego tecnificados, mobiliario urbano resiliente a las condiciones climáticas y al uso intensivo, y soluciones de iluminación LED inteligentes con gestión remota. La capacitación en BIM (Building Information Modeling) para la fase de diseño, construcción y gestión de mantenimiento de estos proyectos se perfila como un estándar indispensable para optimizar los procesos y reducir los costos a lo largo de todo el ciclo de vida de la infraestructura. La evolución de los parques lineales y corredores verdes en Latinoamérica no es solo una cuestión de diseño urbano, sino una manifestación tangible de la resiliencia y adaptabilidad de la infraestructura pública frente a los retos climáticos y demográficos del siglo XXI.