
Comparado con modelos exitosos a nivel internacional, como los de Corea del Sur o Israel, donde la infraestructura científica está intrínsecamente ligada a clústeres industriales y programas de incubación empresarial con fuerte participación privada, el modelo argentino parece disociado. En estas naciones, las edificaciones no son meros contenedores de ciencia, sino nodos neurálgicos de ecosistemas que facilitan la transferencia tecnológica y la creación de startups. La ‘obra pública’ para la ciencia allí se concibe desde el inicio con la premisa de generar patentes, exportaciones y empleos calificados a corto y mediano plazo. Aquí, la dependencia casi exclusiva del financiamiento estatal para la construcción, y a menudo para el mantenimiento operativo posterior, genera interrogantes sobre la sostenibilidad y la adaptabilidad de estas infraestructuras ante los vaivenes económicos y las prioridades políticas.
Las proyecciones a futuro son duales. Por un lado, una inversión continuada y sin una estrategia comercial robusta podría derivar en un aumento de capacidad ociosa, con instalaciones subutilizadas que demandan un considerable gasto de mantenimiento. Esto representaría un drenaje constante de recursos que podrían destinarse a otras áreas con mayor impacto económico directo. Por otro lado, si se lograra reorientar la planificación y ejecución de estas obras hacia un esquema que fomente activamente las sinergias público-privadas, con incentivos claros para la inversión empresarial y la comercialización de resultados, Argentina podría posicionarse como un polo de desarrollo tecnológico regional. El desafío radica en pasar de la construcción de ‘elefantes blancos’ científicos a la edificación de verdaderas ‘fábricas de futuro’, donde el hormigón y el acero sirvan de cimiento para la competitividad global y un retorno de inversión perceptible para el conjunto de la sociedad. De lo contrario, seguiremos viendo obras monumentales que, si bien enriquecen el currículum de una gestión, rara vez logran capitalizar su potencial en el exigente tablero comercial mundial.