
El primer pilar de la mitigación de riesgos reside en la comprensión y verificación de las **garantías**. Más allá del plazo de duración, es fundamental entender qué aspectos cubre, cuáles son las condiciones de validez y, crucialmente, el proceso para hacerla efectiva. Muchos productos ofrecen garantías sobre su composición o rendimiento bajo ciertas condiciones de instalación y mantenimiento, las cuales a menudo se omiten en la lectura superficial. Es deber del consumidor y del profesional exigir claridad y, si es posible, una copia escrita de los términos y condiciones antes de la compra. La ausencia de una garantía clara o el recurso a cláusulas ambiguas debería ser una señal de alerta inmediata.
Complementariamente, la **ficha técnica** de un material representa su ‘ADN’. Este documento, de carácter técnico-legal, detalla las especificaciones, propiedades físicas y químicas, resistencia, métodos de aplicación recomendados, condiciones de almacenamiento y certificaciones. Un dato revelador del mismo estudio del CIC indica que un 60% de los problemas de materiales que derivaron en litigios podrían haberse evitado mediante una revisión exhaustiva de estas fichas. La lectura crítica de estos documentos no solo asegura la idoneidad del material para el uso específico, sino que también permite comparaciones objetivas entre diferentes opciones. En el contexto de un mercado globalizado, la verificación de que las certificaciones y normativas mencionadas son aplicables y reconocidas en Uruguay es un paso ineludible.
Finalmente, la elección del **proveedor** es tan crítica como la del material mismo. La confianza no puede ser el único parámetro. Es esencial investigar la trayectoria de la empresa, su reputación en el mercado, la disponibilidad de soporte técnico post-venta y su capacidad de respuesta ante eventuales inconvenientes. Proveedores con certificaciones de calidad (ISO, por ejemplo) en sus procesos de distribución o con sellos de garantía de producto de organismos reconocidos, ofrecen una capa adicional de seguridad. En un Uruguay donde el comercio electrónico de materiales constructivos ha crecido un 12% interanual en 2024, la verificación de la autenticidad del vendedor y la transparencia en su información de contacto es más relevante que nunca. La Asociación de Promotores y Constructores (APC) estima que la remediación de problemas derivados de una mala elección de materiales o un proveedor poco confiable representa un sobrecosto promedio del 15% al 20% del valor inicial del material, sin contar los costos indirectos por demoras y frustraciones.
En síntesis, la selección de materiales en la construcción contemporánea uruguaya trasciende la mera estética o el precio. Requiere una aproximación metódica y una profunda comprensión de los documentos que la respaldan y de los actores que la facilitan. Proteger su inversión significa construir sobre bases informadas, sólidas y transparentes.