
Casos concretos observados en Uruguay incluyen la adopción de IA para la gestión predictiva de proyectos. Firmas locales están utilizando algoritmos para analizar vastos conjuntos de datos históricos —desde costos de materiales y plazos de entrega hasta rendimiento de equipos y condiciones climáticas— con el fin de optimizar la planificación de nuevos emprendimientos. Esto ha transformado el perfil del gestor de proyectos, quien ahora debe poseer habilidades avanzadas en interpretación de datos, pensamiento crítico para validar sugerencias algorítmicas y capacidad de comunicar decisiones basadas en IA a equipos multidisciplinarios. Programas de upskilling en análisis de datos y herramientas de IA se han vuelto mandatorios para estos perfiles.
Otro ejemplo palpable es la aplicación de IA en la seguridad y monitoreo de obras. Drones equipados con visión artificial y sistemas de IA procesan imágenes en tiempo real para detectar anomalías, identificar riesgos potenciales (como trabajadores sin equipo de protección adecuado o intrusiones en zonas restringidas) y monitorear el progreso de la obra. Para el personal de seguridad y supervisión, esto significa una transición de tareas de inspección manual y reactiva a un rol más estratégico, enfocado en la configuración y supervisión de sistemas inteligentes, el análisis de los informes generados por la IA y la intervención proactiva. La capacidad de interactuar con estas plataformas y entender sus métricas se ha convertido en una competencia esencial, impulsando la demanda de técnicos con formación dual en construcción y sistemas de IA.
Desde una perspectiva de Recursos Humanos, el desafío principal en 2025 reside en la gestión de la transición. Si bien la IA no reemplaza al capital humano, sí redefine sus funciones, exigiendo una adaptación constante. La clave para las empresas constructoras uruguayas es invertir proactivamente en la recualificación y perfeccionamiento de sus equipos. Esto incluye la creación de itinerarios de carrera claros para roles emergentes, la implementación de plataformas de aprendizaje continuo y la promoción de una cultura organizacional que abrace la experimentación y el aprendizaje tecnológico. La IA se presenta como una herramienta potente para potenciar la productividad y la seguridad, pero su éxito final dependerá de la capacidad de las organizaciones para gestionar su activo más valioso: su gente, preparándola para interactuar y prosperar en un entorno de construcción cada vez más inteligente.