
Un análisis reciente de la consultora Global Sport & Venues (2024), con foco en el cono sur, revela que más del 60% de los nuevos proyectos de infraestructuras deportivas en la región buscan certificar su capacidad para albergar al menos tres tipos de eventos no deportivos anualmente. Esta polivalencia se traduce en diseños modulares, tribunas retráctiles y sistemas de acondicionamiento climático adaptables, que permiten transformar un estadio en un centro de convenciones o un espacio de conciertos en cuestión de horas. La integración urbana es otro eje central. Proyectos en Santiago, Bogotá y Buenos Aires están priorizando la accesibilidad mediante transporte público y la conexión con parques y áreas verdes, convirtiendo los complejos en auténticos pulmones urbanos. Ya no se construyen ‘cajas’ aisladas, sino ecosistemas que dinamizan el entorno. La experiencia del espectador se eleva a un nuevo plano gracias a la digitalización. Los estadios de próxima generación en Latinoamérica implementan redes 5G robustas, aplicaciones móviles interactivas para pedidos a la butaca, repeticiones instantáneas y experiencias de realidad aumentada que transforman la asistencia en un evento inmersivo. La analítica de datos es clave para personalizar ofertas y servicios, optimizando la gestión del flujo de personas y la seguridad.
Las proyecciones a corto plazo para la región son alentadoras. Se espera un crecimiento sostenido en la inversión en infraestructuras deportivas multifuncionales, impulsado tanto por la necesidad de modernizar recintos existentes como por la demanda de nuevas instalaciones que respondan a estas tendencias. Latinoamérica se perfila como un laboratorio de experimentación para estas soluciones de vanguardia, posicionándose como un referente en el diseño de espacios que no solo celebran el deporte, sino que también enriquecen la vida urbana y promueven un estilo de vida activo y conectado.