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El Costo de Crecer: Radiografía de la Ampliación Residencial en Argentina
Desde la inflación endémica hasta la escasez de mano de obra especializada, los factores que complican la expansión de los hogares argentinos y las perspectivas regionales en 2025.
El anhelo de un espacio adicional, ya sea para un nuevo miembro de la familia, un área de trabajo remota o simplemente mayor confort, se topa en Argentina con una realidad económica cada vez más compleja. Para miles de familias, la decisión de ampliar su vivienda representa no solo una inversión, sino un verdadero desafío financiero y logístico que, en 2025, se ha vuelto aún más intrincado. Nuestro portal, ‘Arquitecturar’, ha analizado los índices y testimonios para desglosar este complejo panorama desde la óptica del consumidor.
Según datos relevados por la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) y extrapolados a inicios de 2025, el costo promedio para realizar una ampliación de vivienda de calidad media-alta en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se sitúa en torno a los ARS 1.200.000 por metro cuadrado, fluctuando considerablemente según la tipología de obra y los acabados. Esta cifra, que ha experimentado un incremento real del 78% en los últimos doce meses —superando ampliamente la inflación general—, es un reflejo de la volátil economía argentina y sus repercusiones directas en el sector de la construcción. La inversión necesaria para ampliar una habitación o un baño adicional puede fácilmente superar los ARS 8.000.000, una suma significativa para el ingreso promedio de las familias. El consumidor se encuentra en una encrucijada: postergar indefinidamente el proyecto, endeudarse a tasas prohibitivas o resignar calidades que comprometen la durabilidad de la inversión. La imprevisibilidad es la norma, con variaciones mensuales en los precios de materiales que exigen una planificación financiera casi en tiempo real y, a menudo, inalcanzable para el bolsillo de la clase media.
La estructura de costos revela que los materiales de construcción representan aproximadamente el 65% del total, una cifra exacerbada por la dependencia de insumos importados para ciertos rubros especializados y la constante devaluación de la moneda local. La mano de obra, que conforma el 35% restante, también exhibe aumentos significativos, impulsados por la escasez de personal calificado y las presiones inflacionarias sobre los salarios. A esto se suman los honorarios profesionales de arquitectos e ingenieros, los permisos municipales y los costos administrativos, que si bien constituyen un porcentaje menor, son indispensables y a menudo subestimados por los propietarios.
Al comparar esta situación con la de otros países del Mercosur, el panorama argentino se torna aún más crítico. Mientras en Brasil o Uruguay los costos de construcción (medidos en dólares estadounidenses) han mostrado una mayor estabilidad y previsibilidad, y el acceso a financiación hipotecaria es más robusto, Argentina se destaca por su volatilidad. Un metro cuadrado de ampliación en ciertas regiones de Uruguay o el sur de Brasil puede ser hasta un 25% más económico en términos relativos, y lo que es más importante, con un mercado de materiales y mano de obra más predecible. Esto genera un diferencial competitivo que desalienta la inversión a largo plazo y frena el desarrollo del parque habitacional local.
Mirando hacia las tendencias futuras, se vislumbran desafíos adicionales. La demanda creciente por soluciones constructivas más eficientes energéticamente y con menor impacto ambiental, si bien positiva, introduce costos iniciales más elevados en materiales y sistemas. La digitalización del sector, a través de metodologías como BIM (Building Information Modeling), promete optimizar procesos y reducir errores, pero su implementación masiva aún enfrenta barreras de inversión y capacitación. Las perspectivas de acceso a crédito hipotecario para ampliaciones siguen siendo desfavorables en 2025, sin políticas de fomento claras que permitan a las familias acceder a financiación a largo plazo y tasas razonables. En este escenario, el sueño de ampliar el hogar en Argentina se mantiene como una aspiración legítima pero, para muchos, financieramente inalcanzable, demandando una revisión profunda de las políticas macroeconómicas y sectoriales para devolverle al consumidor la previsibilidad y el acceso que necesita.
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