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De Descarte a Estructura: La Consolidación del Residuo en la Construcción Argentina

10/09/2025 l Tendencias

El sector nacional abraza la reutilización de insumos, marcando un hito en la optimización de recursos y la reducción del impacto ambiental para el lustro próximo.
De Descarte a Estructura: La Consolidación del Residuo en la Construcción Argentina


           

Los cimientos del futuro no solo se erigen sobre hormigón y acero, sino cada vez más sobre la memoria de lo que alguna vez fue descarte. En 2025, Argentina se posiciona firmemente en la vanguardia de las economías emergentes que entienden el valor intrínseco de los materiales post-consumo y post-industriales como insumos primarios en la edificación. Esta tendencia, lejos de ser una simple moda, representa una reconfiguración estructural del mercado constructivo nacional, impulsada por la eficiencia de recursos y una acuciante conciencia ambiental. Los primeros análisis de mercado para el primer trimestre del año en curso revelan que el 12% de los nuevos proyectos residenciales y el 8% de los comerciales a gran escala a nivel nacional están incorporando activamente componentes fabricados con materiales reciclados, un incremento sustancial del 7% respecto al año anterior. Este cambio no es trivial; indica una madurez en la cadena de suministro y una aceptación creciente por parte de desarrolladores y consumidores finales.

De Descarte a Estructura: La Consolidación del Residuo en la Construcción Argentina


           

La implementación abarca un espectro diversificado de aplicaciones. Materiales como el PET y otros plásticos de un solo uso se transforman en ladrillos ecológicos, paneles de aislamiento térmico y acústico, y elementos no estructurales. Los escombros de demolición (RDD), que hasta hace poco representaban un desafío logístico y ambiental, ahora son triturados y clasificados para producir agregados reciclados de alta calidad, utilizados en la fabricación de hormigón y bases para pavimentos, reduciendo la necesidad de extracción de áridos vírgenes en un 20% en las grandes urbes. Además, neumáticos fuera de uso (NFU) encuentran una segunda vida en la creación de pisos resilientes y componentes de infraestructura vial. Proyecciones a corto plazo (2025-2028) estiman un crecimiento anual compuesto del 18% para este segmento dentro de la construcción argentina. Este impulso se fundamenta en varios pilares: la reducción de costos operativos —con precios de materias primas secundarias que pueden ser hasta un 30% menores que sus equivalentes vírgenes—, la presión regulatoria para la gestión de residuos sólidos urbanos e industriales, y la creciente demanda de certificaciones de edificación verde. Se anticipa que para finales de 2027, la capacidad de procesamiento de residuos para uso constructivo en Argentina habrá duplicado la existente en 2023, con una diversificación hacia nuevos materiales como cenizas volantes y residuos de vidrio en el desarrollo de cementos y morteros de bajo impacto. Este panorama técnico detalla no solo una adaptación, sino una profunda reingeniería de los procesos constructivos, que apunta hacia una economía circular plenamente integrada en la matriz productiva del país.

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