
La clave está en pensar cada espacio y su uso real, analizando la funcionalidad para el día a día:
1. **Cocina:** El corazón eléctrico. No solo pensamos en la heladera y el microondas. La pava eléctrica para el mate, la tostadora, la cafetera, el mixer, los cargadores de celulares que inevitablemente terminan ahí. Necesitamos tomas de uso general en mesadas (separadas al menos 60 cm del agua), tomas específicas para electrodomésticos de gran consumo (hornos, lavavajillas) y, cada vez más, tomas USB integradas.
2. **Living/Comedor:** El centro de entretenimiento y relax. Televisores, barras de sonido, consolas de videojuegos, routers, módems, decodificadores. Considerá enchufes detrás de los muebles principales, pero también algunos libres para lámparas de pie o aspiradoras. Los cargadores de gadgets personales también tienen su lugar aquí.
3. **Dormitorios:** Privacidad y conectividad. Dos enchufes a cada lado de la cama para veladores y carga de dispositivos son un mínimo indiscutible. Si hay un escritorio, al menos tres tomas. Y no olvides la televisión, si es que la hay, o el futuro cargador de la aspiradora robot que limpia mientras dormís.
4. **Baños:** Seguridad primero. Tomas con protección diferencial (disyuntor) son obligatorias por normativa. Pensá en secadores de pelo, afeitadoras eléctricas, cepillos de dientes eléctricos y, en algunos casos, cargadores para dispositivos de cuidado personal. Un detalle: la altura adecuada para evitar salpicaduras.
5. **Espacios de Trabajo/Home Office:** Aquí el consumo es intenso. Monitores, computadoras, impresoras, cargadores. Mínimo cuatro tomas en cada puesto de trabajo, y preferentemente con conexión a tierra.
6. **Exteriores y Lavadero:** Indispensables. Tomas para herramientas de jardín, iluminación exterior, cargadores de bicicletas eléctricas, y en el lavadero, para lavarropas y secarropas. Siempre con protección especial contra la intemperie.
Más allá de la cantidad, es la inteligencia de la ubicación lo que marca la diferencia. Pensar en alturas (los enchufes para la aspiradora no deben estar muy bajos), en la posibilidad de integrar USB directos para reducir adaptadores, o incluso en la pre-instalación para un futuro sistema de domótica o un cargador de vehículo eléctrico en el garage. No se trata de sobrecargar de puntos eléctricos, sino de optimizar cada uno. Consultar a un arquitecto o electricista matriculado desde la fase inicial del proyecto o de la refacción es una inversión inteligente. Ellos pueden diagramar un plano eléctrico que no solo cumpla con las normativas argentinas, sino que anticipe tus necesidades, mejore tu calidad de vida y, de paso, añada valor a tu propiedad. Decile adiós a los ‘árboles’ de enchufes y dale la bienvenida a un hogar verdaderamente conectado y seguro.